Dignidad de la Persona Humana


La "dignidad de la persona humana" no es un simple eslogan que se repite hoy en todos los ambientes, sino que realmente el hombre y la mujer poseen una especial dignidad, superior a los demás seres de este mundo. Veamos por qué.

1 - IMAGEN DE DIOS

La Biblia nos enseña que el ser humano, principalmente por el espíritu o alma, es "imagen de Dios": Dios creó al hombre, hombre y mujer los creó (Génesis 1, 27).

2 - EL ALMA RACIONAL

El ser humano no es un simple animal, sino que está constituido por materia y espíritu. El libro del Génesis relata cómo Dios creó al hombre dándole un cuerpo y un alma racional (Génesis 2, 7). La dimensión espiritual le da al ser humano una dignidad que no poseen los demás seres en la tierra.

3 - HIJOS DE DIOS POR EL BAUTISMO

Pero, además, el cristiano adquiere por el bautismo una extraordinaria dignidad: la de ser "hijo de Dios" por la gracia santificante que recibe en este sacramento. La filiación divina (el ser hijo de Dios) es el fundamento de la antropología cristiana.

La dignidad del ser humano queda realzada por el hecho de que Jesucristo (el Hijo eterno de Dios) se ha hecho verdadero hombre, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado.

Por eso enseña el Concilio Vaticano II que la dignidad del ser humano es un misterio que sólo se puede entender a la luz de la Encarnación del Hijo de Dios.

"El Hijo de Dios, con su Encarnación se ha unido con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, menos en le pecado" (Gaudium et spes, n. 22).

Los derechos y valores inherentes a la persona humana ocupan un puesto importante en la problemática contemporánea. A este respecto, el Concilio Ecuménico Vaticano II ha reafirmado solemnemente la dignidad excelente de la persona humana y de modo particular su derecho a la vida. Por ello ha denunciado los crímenes contra la vida, como "homicidios de cualquier clase, genocidios, aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado" (Gaudium et Spes, 27).

La vida humana es el fundamento de todos los bienes, la fuente y condición necesaria de toda actividad humana y de toda convivencia social.


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